5 tipos de trastornos psicóticos
Todos los trastornos psicóticos llevan a la persona que lo padece a perder el contacto con la realidad. Es por esto por lo que las alucinaciones o delirios serán los síntomas más característicos de cualquier trastorno psicótico. Pero, ¿los delirios y las alucinaciones son exactamente lo mismo?
En primer lugar, los delirios son creencias erróneas sobre la realidad, es decir, sobre un hecho, persona u objeto. En este punto existe una distorsión extrema de lo que realmente ha sucedido. Por ejemplo, podemos “modificar” una realidad ya vivida, creyendo firmemente que ha sucedido algo que, en realidad, ocurrió de otra manera.
En segundo lugar, las alucinaciones son percepciones falsas, es decir, oímos algo, vemos o sentimos algo que en realidad no existe. Esto es algo que nuestra mente distorsiona e inventa, pues, realmente esa persona, objeto u hecho percibido no existe.
Con esta breve introducción sobre los trastornos psicóticos, vamos a abordar los más conocidos y comunes, los cuales introducen los delirios y las alucinaciones entre su sintomatología más habitual.
1. Esquizofrenia
La esquizofrenia provoca que la persona que la sufre tenga alucinaciones y pensamientos que le aíslan del resto del mundo. Actualmente aún no existe cura, aunque sí es cierto que se puede controlar y lograr llevar una vida normal.
Pero, la esquizofrenia no se presenta de una única manera. Es por esto por lo que existen diferentes tipos de esquizofrenia descritas hasta el momento:
- Esquizofrenia paranoide: predominan los delirios, la persona cree que los demás están en su contra.
- Esquizofrenia hebefrénica: predominan las alteraciones emocionales, es decir, la persona ríe o llora sin motivo alguno.
- Esquizofrenia catatónica: la persona padece una inmovilidad persistente que le impide estarse quieta.
- Esquizofrenia indiferenciada: reúne todos los síntomas anteriores, incluso algunos pueden predominar más que otros.
- Esquizofrenia residual: la cual aglutina algunas características residuales.
La esquizofrenia es una de las enfermedades más serias y que muchas personas sufren (al menos un 1% de la población). Para tratarla, es necesario el uso de fármacos que permitirán a la persona que la sufre disfrutar de la vida. Con esto, es necesario un control absoluto sobre la medicación y la toma adecuada de los fármacos. Solo así se podrán evitar nuevos brotes.
2. Paranoia
La paranoia también es conocida como “trastorno delirante” y se caracteriza porque la persona tiene en su mente una o varias ideas que cree que son ciertas. Un ejemplo sería pensar que todo el mundo le está observando y que tienen un plan macabro que afecta a su persona.
En este caso, también existen algunos tipos de trastornos delirantes que tienen mucho que ver con la naturaleza del delirio. Aquí algunos de ellos:
- Trastorno delirante persecutorio: la persona cree que está siendo perseguida continuamente.
- Trastorno delirante erótico: la persona cree que otra persona está enamorada de ella, aunque esta no sepa, ni siquiera, de su existencia.
- Trastorno delirante hipocondríaco: la persona cree estar enferma o sufriendo algún defecto físico que le provoca ser el blanco de todas las miradas.
- Trastorno delirante pasional: la persona sospecha que su pareja le miente o tiene algo que esconder. Esto puede generar violencia dentro de la pareja.
Las personas que sufren este trastorno delirante no son conscientes de él, ya que todo lo que creen ver para ellos es cierto. Es por esto por lo que es tan difícil solucionar el problema y “controlarlo”, de alguna manera.
3. Trastorno psicótico breve
Este tipo de psicopatía se caracteriza por presentar los mismos síntomas que un trastorno esquizofrénico. La única diferencia es que este tipo de trastorno dura tan solo unos días y, por lo general, no vuelve a afectar al paciente nunca más.
¿Por qué se puede padecer, puntualmente, este tipo de trastorno? Suele manifestarse tras un hecho muy traumático, como puede ser la muerte de un ser querido, incluso una época de gran estrés puede ser un aliciente para padecerlo.
Podríamos pensar que es una especie de evasión, pero realmente la persona cree esa realidad distorsionada que su mente ha generado a causa del trauma. Por esto, y aunque este trastorno tal y como viene se va sin dejar secuela alguna, es importante que haya un tratamiento psicológico de por medio.
4. Folie à deux o trastorno psicótico compartido
También conocido como “trastorno compartido” este tipo se caracteriza porque dos personas comparten las mismas alucinaciones y delirios al mismo tiempo. Es algo muy poco habitual y está relacionado con el estrés y el aislamiento social.
Este tipo de trastorno pueden padecerlo, sobre todo, familiares o personas que estén juntas y posean un fuerte vínculo emocional entre ellas. Un ejemplo claro fue el de las hermanas gemelas suicidas, Úrsula y Sabina Eriksson. Ambas hermanas compartían los mismos delirios y alucinaciones que las empujaban a querer suicidarse, algo que no lograron conseguir.
Si eres extremadamente sensible, te recomendamos que no veas el siguiente vídeo de estas dos hermanas:
5. Trastorno psicótico inducido por sustancias o debido a una enfermedad
Otro tipo de trastorno psicótico que puede cursar con delirios o alucinaciones puede deberse al consumo de drogas o alcohol. Los síntomas más habituales son la desorientación, las pérdidas de memoria y las alucinaciones visuales. A pesar de todo esto, los síntomas suelen durar tan solo unos días, hasta que la intoxicación por drogas remita.
Pero, hay otro tipo de trastorno que se deriva de enfermedades que escapan de nuestro alcance. Un ejemplo podría ser un tumor en el cerebro que, inevitablemente, puede afectar a que padezcamos delirios y alucinaciones. La enfermedad afecta a las funciones normales del cerebro.
Muchos de los trastornos psicóticos pueden controlarse, siempre y cuando se siga un tratamiento adaptado para cada individuo
Estos son algunos de los trastornos psicóticos con los que nos encontramos más familiarizados, aunque existen muchos otros que, simplemente, introducen algún tipo de variación, como puede ser el tiempo de durabilidad del trastorno.