sábado, 26 de marzo de 2016

Hoy elijo ser mi prioridad: hoy elijo ser feliz


Hoy elijo ser mi prioridad: hoy elijo ser feliz



Hoy elijo atenderme un poco más, cuidar de ese jardín interior que crece en mi para ser feliz, para no caer en egoísmos ajenos, para que mis días no tengan más momentos oscuros. y la vida, me traiga soles de alegría.
Todos deseamos ser felices, pero en realidad. no siempre empezamos por el buen camino: atendiéndonos, escuchándonos, situándonos como protagonistas en el teatro de nuestras vidas y no detrás de un telón donde la vida, sólo pasa y se olvida de abrazarnos.
Mereces ser feliz, mereces tocar la luna en las noches de oscuridad y volar en nubes en forma de ballena cuando te sientes atrapado, angustiado. Tú eres el amor de tu vida y por ello, hoy y siempre debes elegir ser el actor principal de tu existencia.




Nadie debe llamarte egoísta por decir “no” cuando lo necesitas, por buscar oxígeno y libertad en instantes de presión, por cortar vínculos cuando dichas personas te hacen daño. Nadie tiene poder sobre ti salvo tú mismo, porque todos venimos solos a este mundo y nos vamos de la misma manera… Así que ¿Por qué no empezar ya a ser feliz y a ofrecer felicidad?

Ser feliz es una aventura que debe durar toda la vida

chica saltando con gato
Elegir ser feliz es el primer salto que te acercará sin duda a tu objetivo: porque quien elige decide, porque quien da el primer paso a través de sus pensamientos acabará materializándolo en su realidad, en su vida diaria.
El arte de ser feliz empieza con una sencilla elección: creyendo en ti.
Ahora bien, para ser feliz, además de una sabia elección supone en ocasiones tener que priorizamos, y darnos cuenta de que tal vez, debamos ponernos delante de algunas cosas y de algunas situaciones. Suena sin duda algo radical, pero en realidad, se trata de mantener un “equilibrio” entre los demás y nosotros. Por ello, vale la pena tener en cuenta alguna de estas dimensiones.
Rodéate de gente que te dé luz, no sufrimiento
Tal y como te hemos señalado con anterioridad, la clave está en el equilibrio. Uno debe estar bien por encima de todo consigo mismo, debes percibir que cada cosa que haces o dejas de hacer se ajusta a tusexpectativas, a tu identidad, a tu esencia.
  • Hay personas que nos  hacen perder ese equilibrio interior: nos alejan de nuestros valores, vulneran nuestra integridad, nos quitan las energías, nos manipulan con sus ironías, sus exigencias o nos someten a un cariño habitado solo por espinas.
  • Rodea tu vida de personas auténticas con la que te permitas ser tú mismo en cada momento. Ahora bien, sabemos que a lo largo de nuestra existencia debemos relacionarnos con figuras que no siempre encajan con lo que somos, con lo que necesitamos.
  • En estos casos, en ese tipo de relaciones complejas pero “que nos vienen autoimpuestas”, ya sea porque son familia, o compañeros de trabajo, se trata sólo de no darles autoridad en tu vida. Limita el trato, desactiva su influencia en ti de quien te perturba, y una vez más, priorízate.

  • lobo aullando en noche rosada
  • Querido yo, sé tú mismo y despréndete de todo lo que no es necesario
  • ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con tu auténtico yo? 
  • Ese viaje interior deberíamos experimentarlo con más frecuencia, porque alejarnos de él es distanciarnos de nosotros mismos y con ello, perder el rastro de la felicidad.
  • Querido yo, sé que mereces que te trate mejor y es algo que voy a hacer a partir de ahora, dejaré de autocompadecerte, de decirte que no puedes o que no lo mereces… Querido yo, hoy te voy a retar a ser feliz.
  • En realidad, son muchos los artificios con los que envolvemos a nuestro yo. Y cuidado, porque esas “pieles de más” que le impiden respirar, vienen de nuestro entorno pero también desde nosotros mismos:
  • Hay que tener cuidado con esas actitudes limitantes donde nuestro yo queda etiquetado con el “no voy a poder”, “esto no es para mi”, “voy a fracasar”, o el “está claro que la felicidad nunca va a llamar a mi puerta”…
    • Si tu pensamiento pone muros y tu actitud crea fortalezas, jamás dejarás entrar los vientos de la felicidad. Sé auténtico, sé tu mismo, atiende a tu yo interno y libéralo.
    • Hay que tener cuidado también con esas influencias externas que actúan a veces como auténticos boicotadores de nuestra autoestima. Parejas que controlan, que limitan, que vetan espacios y crecimiento personal...
    • Tampoco podemos pasar por alto el peso de muchas familias, de esos modelos de educación autoritarios, de padres y madres que construyen auténticas burbujas impidiendo la maduración y la libertad de sus hijos…
    A veces, para ser feliz hay que hacer un viaje interior para sanar muchas heridas y carencias del ayer. Una vez cubiertas, satisfechas y liberados los miedos es momento de abrir los ojos y el corazón y creer en ello, creer en que de verdad merecemos ser felices.
    No esperes los buenos momentos para ser feliz: sé feliz y los buenos momentos vendrán solos.

El poder de las intuiciones

El poder de las intuiciones

El poder de las intuiciones



Puede que pienses que el tema de las intuiciones es poco científico, que no es siquiera una disciplina que deba tenerse en cuenta. Pero no es cierto.
Si nos detenemos un momento a pensar en ellas, nos daremos cuenta de que la mayoría de nuestras decisiones las tomamos casi de modo inconsciente. Es más, numerosos estudios avalan la idea de que antes de que nuestro consciente valore objetivamente una opción con sus pros y sus contras, nuestro cerebro inconsciente ya ha tomado la decisión partiendo de su propia intuición.
¿Por qué ocurre esto? ¿Nos regimos más por las emociones que por la racionalidad? La realidad es que sí. Y las intuiciones, tienen tanto peso como ese elefante que ilustra este artículo, avanzando precisamente por las aguas del inconsciente. Pero hablemos un poco más sobre el tema para entenderlo mejor.

Intuiciones y cerebro inconsciente



Pongamos un sencillo ejemplo. Un familiar nuestro padece una enfermedad de síntomas extraños donde es difícil obtener un diagnóstico, vamos a nuestro especialista y nos da a elegir dos opciones: poner los datos en un ordenador muy sofisticado que nos dará los pasos a seguir para poder curar a nuestro familiar, o, por lo contrario, ponernos en mano de un médico con una larga carrera de experiencia.
¿A cuál elegiríamos? Obviamente nos inclinaríamos por el médico. En ocasiones no nos sirve de nada una inteligencia basada en el análisis y la lógica, confiamos más en la “intuición” del doctor para que mediante la observación, su experiencia y sus sensaciones al respecto, nos pueda dar una solución.
Pensemos ahora en otra esas situaciones en las que de repente, nos surge una idea, un proyecto, un plan… estamos en la cama y de pronto nos viene esa sensación imprevista. Estamos relajados y nuestro cerebro nos regala de improviso con una imagen.
¿De dónde ha salido?
No se trata en absoluto de un razonamiento deliberativo y lógico, es más bien una sensación, una intuición que asciende de pronto de nuestro cerebro inconsciente. Pero entonces ¿De qué está hecho el cerebro inconsciente?
Aquí está la verdadera esencia de la cuestión. Las intuiciones parten de nuestras experiencias almacenadas en nuestro cerebro, de toda esa vida experimentada a base de logros y fracasos, ahí donde se instalan nuestras emociones y nuestra personalidad, ahí donde se haya nuestra verdadera esencia.

La importancia de las intuiciones



La intuición es una respuesta rápida que nos da al cerebro ante una duda o una cuestión en la vida diaria. Si ante cada duda que tuviéramos en nuestra cotidianidad tuviéramos que aplicar un esfuerzo lógico con análisis racionales, necesitaríamos demasiado tiempo y esfuerzo.
La mayoría de nuestras ideas son emocionales, es decir “las sentimos”, y pocas veces las analizamos mediante el pensamiento deliberativo. De hecho, estas dimensiones llevan a muchos expertos a indagar cómo profesionales de la bolsa u otros agentes que mueven los hilos de las grandes economías, toman sus decisiones, tal vez se guíen también por sus emociones e intereses sin aplicar la lógica a sus acciones.
Llegados a este punto podríamos preguntarnos si es bueno o no guiarnos por nuestras intuiciones, si esas valoraciones previas que hacemos nada más conocer a una persona son siempre justas o adecuadas, por ejemplo.
Nuestra vida está llena de momentos así, donde las corazonadas nos han llevado por un camino y no por otro… solo cabe decir que esas decisiones inconscientes están ancladas íntimamente a lo que somos, a nuestra personalidad y nuestros valores.
Las intuiciones son esas chispas eléctricas que encienden nuestra vida para guiarnos, así pues basta con escucharlas, el seguirlas o no depende de nosotros mismos.
Según los expertos, las mejores intuiciones suelen aparecer en momentos de relax, en esos instantes en que nuestra “pantalla personal” está más limpia y descansada. La inspiración y las buenas ideas aparecen por sí solas al anochecer, lejos del estrés y las tensiones. Solo hay que saber escucharlas.

No existe la casualidad, existe la sincronicidad

No existe la casualidad, existe la sincronicidad



"No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas" (Friedrich Schiller).
A todos nos ha pasado en alguna ocasión una coincidencia que parecía tan improbable que nos resulta mágica y epifánica, como si existieran conexiones entre sucesos, personas o información a través de hilos invisibles que tan sólo podemos vislumbrar por momentos.
Seguro que alguna vez te ha pasado que un libro o un anuncia publicitario te han dado la respuesta a esa duda que continuamente te estabas planteando, que ibas a llamar por teléfono a una persona y en ese mismo instante, es ella la que te llama, que has tenido un encuentro inesperado en un lugar inesperado o que has encontrado a la persona exacta cuando la necesitabas apareciendo de la nada…Esto no es casualidad, sino sincronicidad, uno de los aspectos más enigmáticos y sorprendentes de este universo.

¿Qué es la sincronicidad?



El psicólogo Carl G. Jung fue quien acuñó el término de sincronicidad, refiriéndose a “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera no causal”, como la unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo que no se puede explicar pero que tiene cierto sentido para la persona que lo observa.
Jung llegó a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno, que en determinados momentos ejerce una atracción que acaba creando circunstancias coincidentes, teniendo un valor específico para las personas que la viven, un significado simbólico. Son este tipo de eventos los que solemos achacar a la casualidad, la suerte o incluso a la magia, según las perspectivas que tenemos.
La sincronicidad nos representaría en el plano físico por ejemplo, la idea o solución que se esconde en nuestra mente, maquillada de sorpresa y coincidencia, siendo de esta manera mucho más fácil alcanzar.
Una experiencia sincrónica suele venir a nuestras vidas cuando menos nos lo esperamos, pero en el momento exacto, cambiando en ocasiones la dirección de nuestras vidas e influyendo en nuestros pensamientos. Pero para ello, tenemos que estar receptivos y atentos al mundo que nos rodea, creando la apertura a esa posibilidad de sincronicidad.
Cuanto más alertas estemos con respecto a nuestro entorno, más probabilidades habrá de que ocurra la sincronicidad a nuestro alrededor o al menos, que le prestemos atención… desde pequeñas conversaciones, canciones de la radio o mensajes publicitarios, por ejemplo, hasta encuentros aparentemente “fortuitos”. Tan sólo hay que estar atentos.
Si dejamos a las circunstancias fluir y no presionamos ni forzamos la ocurrencia de sucesos o la voluntad de las personas, mientras mantenemos una actitud receptiva y de apertura, dejándonos llevar por nuestra intuición y nuestra sabiduría interior, nos abriremos a "la magia" que nos ofrece la experiencia de la sincronicidad. Si sabemos escucharla puede convertirse en una buena guía para nuestras vidas.
Quizás esta sea una de las muchas leyes universales que no puedan ser probadas con demasiada seguridad, pero que sin embargo su presencia ha guiado la vida de multitud de personas sin siquiera pensarlo, y es una de las razones que nos hace mantenerla vigentes.
Incluso este artículo puede haber sido fruto de la sincronicidad.


Aprende a confiar en lo que está sucediendo

aprende a confiar en lo que está sucediendo

Aprende a confiar en lo que está sucediendo

¿Cómo confiar en lo que está sucediendo si mi realidad está llena de tensiones, de miedos e infelicidades? Tomando conciencia. No se trata solo de saber identificar a esos enemigos exteriores que nos hacen daño, a esos tiburones que nadan en mares revueltos…






Sino de saber conectarnos con nosotros mismos para recuperar la confianza, para aferrarnos un poco menos en las preocupaciones, y permitirnos ser más libres, soltar y tomar plena conciencia del aquí y ahora, integrándonos en nuestro ser más interno.
Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir, se calmará.
El TAO







Sabemos que no siempre es fácil conseguirlo. Cuando uno tiene muchas responsabilidades y no cabe la oportunidad de poder liberarnos de todo, debemos aprender a establecer prioridades.
Lo que sucede en estos mismos momentos es por algo, en tus manos está marcar el rumbo de tu destinosiempre y cuando sepas confiar en ti mismo, y en la certeza de que pueden llegar cosas maravillosas.

Cómo practicar el arte de la no resistencia



Puede que en alguna ocasión ya hayas oído hablar de la estrategia de no resistirnos. Ahora bien, es importante que definamos un poco más esta idea para no caer en equívocos.
Practicar la resistencia es aferrarnos. Es apegarnos al sufrimiento, a los focos de estrés, a las relaciones tóxicas. El arte de la no resistencia, por su parte, nos enseña a fluir, a no quedar amarrados a lo que nos hace daño.



– La “no resistencia” no supone en absoluto dejarnos llevar por donde los demás quieren o por donde la vida opte arrastrarnos sin que nosotros tengamos opción de decidir.
– Quien se resiste, muchas veces se opone al cambio y deja de confiar en sí mismo, e incluso cierra las puertas a nuevas oportunidades.
mujer naturaleza
A menudo suele decirse que las personas gastamos múltiples energías en cosas inútiles o que nos hacen daño:
Enfocar gran parte de nuestro tiempo en un trabajo que nos hace infeliz descuidando a la familia, ofrecer nuestra vida a una pareja que nos ofrece infelicidad y a quien no nos atrevemos a dejar por miedo o indecisión…
Practicamos muy poco esa escucha interna, esa comunión con nosotros mismos para atender nuestra necesidades más intimas y descubrir qué sucede de verdad en nuestro interior.
Sabes muy bien qué pasa ahora mismo a tu alrededor, así que párate un momento a reflexionar sobre estos aspectos:
  • ¿Hay algún tipo de tormenta en tu mente? ¿Te sientes perdido, enfadado, frustrado quizá?Identifica tus necesidades
Ahora que ya has identificado esas emociones negativas, no te aferres a ellas. No pongas resistencia y permítete liberarte de ellas. Si cambias tus pensamientos, cambiará tu voluntad y con ella tu realidad. Debes confiar en ti mismo.

Cómo aprender a confiar en lo que está ocurriendo






En primer lugar debes ser consciente de que en ti mismo, existe mucha más fuerza de la que crees, y que además, dispones de muchas estrategias de afrontamiento de las que en ocasiones, no eres consciente.
Debes dejar a un lado los miedos heredados, a las cosas y personas que van a vienen. A veces, no se trata de entender sino de sentir, confiar en lo que de verdad importa: vivir el aquí y ahora.
mujer meditando naturaleza

1. El reconocimiento


El primer paso para aprender a confiar en lo que sucede a tu alrededor es reconocer todo lo que te envuelve, tus circunstancias y las personas que te rodean.
  • Yo reconozco tu forma de ser, y me doy cuenta que es incompatible con la mía.
  • Reconozco que las circunstancias que hemos creado entre los dos son dañinas.
  • Reconozco que hay dolor, lo vivo, lo siento y me doy cuenta de que debo reaccionar.

2. La responsabilidad


Ser responsable supone en primer lugar tomar las riendas de la situación, y después y no menos importante: no culpar a nadie de lo que ocurre.
Si yo busco culpables lo más probable es que genere rabia, y si hay rabia vuelve a existir resistencia y quedaremos cautivos de nuestras propias emociones negativas.
– Actúa de forma responsable sin buscar culpables de lo ocurrido, ni aún menos a ti mismo. Debemos evitar pesos internos.
– Ahora que ya has reconocido la situación, sabes que debes actuar con responsabilidadEs hora de dar una respuesta creativa, de ir a la acción. 
Trasforma tu realidad para que sea mejor

3. Avanzar sin actitudes defensivas


Volvamos una vez más a la imagen de la tormenta. Cuando lo que sucede ahora mismo es que se ha desencadenado un fuerte aguacero cargado de vientos y truenos, hemos de evitar actuar como esa rama que busca mantenerse firme y en actitud defensiva ante los elementos.
arbol colores (1)
¿La razón? Lo más probable es que acabe doblada, rota o arrancada a causa de la tormenta. ¿Qué significa esto?
– Las actitudes defensivas suelen estar muy envenenadas por el rencor y la desconfianza. Te impedirán ser libre.
Se trata de confiar en uno mismo y en el momento presente. Sin cargas a la espalda, sin resentimientos, permitiendo que la vida se suceda y nosotros con ella, en plena armonía.

La única forma de llegar a otro lado es cambiar de camino

Camino de árboles fantasía
La única forma de llegar a otro lado es cambiar de camino

No hay vía para encontrar un camino que nos haga felices sin que comencemos a aprender cómo gestionar y superar las piedras que distorsionan la trayectoria. Estos obstáculos siguen en medio y tropezamos con ellos más de una vez, aún cuando tratamos de salir de dónde estamos e ir hacia otro lado.
Esto ocurre porque nos hemos obsesionado con volver a atrás: seguimos anclados con los pies en ese camino que tanto daño nos ha hecho, en lugar de tomar otro que nos permita avanzar. Sin embargo parece lógica la dificultad que nos supone hacerlo pues hasta la lluvia más suave, si moja, se nota.

Mirar atrás solo para futuras repeticiones



Nos cuesta un esfuerzo muy grande conseguir que el pasado sea solamente aquel sitio donde mirarse para saber que ya no somos los mismos. Nos cuesta mucho trabajo sentarnos a reflexionar y darnos cuenta de que ya no podemos mirar lo que fue desde la perspectiva del hoy, porque el mundo sigue y tenemos que seguir con él.
“No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.”
-Paulo Coelho-
Mujer mirando un árbol
Es teóricamente fácil decirle a alguien: solo tienes que olvidar y pasar página. En la práctica complicado decirse a uno mismo las mismas palabras: porque somos nosotros los que hemos sentido y los que sabemos cuánto supone dejar eso que escuece en un cajón de recuerdos sin usar.
Porque la verdad es que lo más beneficioso que podemos hacer, cuando el camino nos ponga los mismos obstáculos una y otra vez, es dejar esos recuerdos únicamente para la memoria: para que no se hagan dobles, ni triples; para que lo que ha dolido no se repita y, si lo hace, saber cómo salir de tal círculo doloroso.

El nuevo camino no se hace en un día



Hacer el camino al andar o buscar uno nuevo. El símil es diferente pero el objetivo del mensaje es común: es necesario ser valiente y seguir adelante, pero eso nos llevará el tiempo oportuno según la intensidad de las vivencias amargas que hayamos tenido.
Dejar el pasado a un lado implica sanar heridas y las heridas necesitan también su periodo de cicatrización y sutura: los bloqueos emocionales que se ocasionan a raíz de ellas nos obligan a parar en seco y volver a reconocernos, pues solo de esta manera seremos capaces de entablar nuevas relaciones o ser felices con lo que hacemos.
En este sentido, nos sentimos desprotegidos cuando descubrimos que nuestras verdades se modifican continuamente y que tarde o temprano todos nos vemos forzados a perder para poder seguir ganando: con tiempo, con constancia, poco a poco.
“Al andar se hace el camino
y al vover la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.”
-Antonio Machado-
Mujer tumbada mirando por la ventana

La decisión está en tus manos



La única realidad es que aunque suponga todo un reto la decisión de cambiar de camino está en nuestras manos, ya que nadie más lo hará. Tras mucho sacrificio, solo así podremos sentirnos libres y plenos: llegarán principios nuevos y estaremos abiertos a entregarnos a ellos.
Ciertamente, estar preparado es media victoria y eso significa que llegará un día en el que querer cambiar de lado nos llevará justo hacia él: construiremos nuevas emociones y si nos equivocamos al hacerlo podremos recordar cómo lo hemos superado otras veces.
Al final quedarán estelas en la mar, es decir, lo que vivido como parte de lo que somos y dejarán de ser obstáculos. El nuevo camino será la prueba de que necesitamos pagar un precio por el bienestar emocional y a veces este llega en forma de curvas pronunciadas y baches que hay que aprender a manejar.
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú.
Sé tú el que aparta la piedra del camino.”
-Gabriela Mistral-

Las 4 nobles verdades del Dharma

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Las 4 nobles verdades del Dharma


Resulta curioso cómo las enseñanzas enmarcadas dentro del budismo o el hinduismo, nos ofrecen en realidad toda una adecuada psicología para nuestro crecimiento personal. Cada uno de nosotros somos libres de asumirlas o no, de aceptar conceptos como la reencarnación o esa visión más espiritual de la vida.
Dejando a un lado esos aspectos, posiblemente, más controvertidos, nunca está de más tenerlos en cuenta para reflexionar, para aceptar que todas las personas compartimos unos mismos miedos y unas mismas necesidades, y que en esencia, podemos valernos de unas estrategias semejantes para alcanzar ese bienestar interior.
El Dharma, nos habla  de aspectos tan interesantes como la necesidad de tener un propósito en la vida, de actuar honestidad, con humildad. De reconocer talentos propios como forma de reconocimiento interior.
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Dharma, en sánscrito, tiene diversas definiciones, pero en todas ellas se desprende una misma esencia: es la ley de Buda y también su protección convertida en un propósito, en un principio que debe ejecutarse con nobleza.
Las personas estamos aquí “envueltas” en un apariencia física para obtener un aprendizaje y acercarnos de nuevo a esa parte espiritual que en verdad, es nuestra auténtica naturaleza.
Hablemos hoy sobre las cuatro verdades del Dharma, e intentemos al menos, reflexionar sobre estos interesantes principios.

Las 4 nobles verdades del Dharma



En primer lugar hemos de recordar que el Dharma, se representa siempre en forma de rueda. Esta fue la forma en que, supuestamente, Buda transmitió sus leyes al mundo, adquiriéndose después por parte de las distintas escuelas que a día de hoy, siguen aplicando sus principios y su religión.
Esta rueda simboliza a su vez, ese movimiento vital de muerte y renacimiento, de inicio y final que nunca se detiene, una rueda donde las enseñanzas de Buda se difunden, se escampan, y donde la humanidad, tiene la oportunidad de recibir estos principios para abrir su mente y avanzar.
Veamos ahora cuáles son las 4 verdades que se inscriben en ella.
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1. La insatisfacción

La humanidad está inscrita en un sentimiento profundo de insatisfacción. Nacer y morir ofrece sufrimiento, recordar el pasado y los errores cometidos nos somete a un desasosiego continuo.





Parece que hay un acuerdo común en considerar que una de las sensaciones más comunes de la humanidad, es un vacío constante donde albergamos nuestros miedos y dolores existencialesLa felicidad parece ser ese bien escaso con el que siempre soñamos pero que raramente alcanzamos.
¿A qué se debe pues esta insatisfacción? ¿Esta angustia vital del ser humano? La segunda verdad del Dharma nos lo aclara.
2. La causa del descontento: los apegos
Las personas solemos establecer unos apegos poco saludables con todo aquello que nos rodea. Según la enseñanzas del Dharma, las personas anhelamos, nos aferramos a los bienes materiales e incluso a otras personas fomentando nuestros propios egoísmos, nuestras propias vulnerabilidades.
Los apegos desmedidos generan en la humanidad pasiones dolorosas, venenos que nos enferman y debilitan. Nos aferramos a cosas transitorias y quedamos heridos cuando las perdemos.
dharma (2)3. El sufrimiento vital puede detenerse
Para el budismo, todos nosotros somos en realidad seres espirituales que buscan un propósito: ascender mediante la sabiduría, mediante la humildad y la búsqueda de la verdad, desprendiéndonos de todo aquellos artificios materiales, y aprendiendo a su vez de los errores cometidos.
Y hasta que eso ocurra, la rueda del Dharma nunca dejará de girar, tendremos infinitas posibilidades para corregir nuestras faltas, para sanar ese sufrimiento, ese dolor vital. Para ello tendremos que librarnos de nuestros apegos, comprendiendo a su vez, que toda acción tiene un efecto y una consecuencia.
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Todo lo que piensas, haces e incluso declaras en voz alta, genera un resultado en ti y en quienes te rodean. Porque todos somos un todo, porque tú no estás ajeno a ese equilibrio y necesitas llegar al corazón de la rueda del Dharma o de ti mismo, para ser virtuoso, para generar un buen “kharma”.
4. El camino que nos lleva al fin del sufrimiento
Para acabar con tu sufrimiento o insatisfacción, debes ser consciente de tu propio talento para hacer el bien. Entiende que eres capaz de sanarte a ti mismo, y que a su vez, puedes ayudar a los demás.




Lo que nos evoca en realidad esta cuarta ley, es la necesidad de ser conscientes de nosotros mismos y de encontrar un propósito en esta vida, un “noble propósito”, algo que te enriquezca a ti y a los demás.
Para ello, recuerda siempre que no debes fijar tus necesidades en la ciega obsesión por “poseer” personas o cosas”… Siempre es más adecuado practicar el desapego, o de lo contrario, volverás a sentir los efectos del sufrimiento en cualquiera de sus formas.
La última verdad del Dharma nos explica que para llegar a este acto de curación interior, debemos aplicar a nuestro día a día el llamado “Óctuple noble sendero”, y que tendría estos interesantes principios:
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1. Una comprensión correcta de las cosas y de tu propio interior.
2. Un pensamiento correcto que nos ayude a ver la realidad, sin artificios.
3. Necesario también saber utilizar las palabras correctas. Aquellas que no hacen daño, aquellas que ofrecen paz, equilibrio y amor.
4. Enfocar tu vida en esa acción o propósito que es realmente adecuado: hacer el bien, ser honesto, buscar la verdad de las cosas.
5. Ocupación correcta. Una vez entiendas cuál es tu propósito en la vida, ponlo en práctica.
6. Esfuérzate en hacer el bien, sé persistente.
7. Focaliza tu atención.
8. Concéntrate en ese noble propósito. Nunca decaigas.